Lucía Medina

El obispo Sigifredo Noriega Barceló se quitó la sotana la tarde de este miércoles para agarrar el acordeón y junto con el grupo Los Cantaritos cantar a todo pulmón las melodías La feria de las Flores y Libro abierto.

El momento tuvo lugar en el municipio de Momax, luego de que la comunidad de aquella localidad le brindara al jerarca católico una comida después de la misa que se ofreció en honor a la Virgen de La Merced patrona del municipio, cuya fiesta se celebra el próximo 24 de septiembre.

Durante la celebración el obispo coronó la imagen de la virgen que fue restaurada y para la cual se mandaron hacer nuevas coronas.

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Afecto a la música mexicana y con pleno dominio del acordeón el prelado se emocionó cuando escuchó tocar al conocido grupo de música de aquella región, por lo que se incorporó con acordeón en mano para tocar y cantar dos piezas musicales.

Contento, el obispo extendió sus felicitaciones a Los Cantaritos, un grupo familiar con más de 36 años de trayectoria y encabezado por el señor José de Jesús Viernes González, sus hijos Luis Manuel y Gerardo, su hermano José de Jesús y su yerno Roque Miramontes.

Esta agrupación tuvo su origen en el municipio de Totatiche, Jalisco y adquirió su nombre por una canción titulada “Cantarito nuevo”, que interpretaban magistralmente y por la cual la gente los empezó a conocer.

Previo a esto, el señor José de Jesus Viernes, fundador del grupo había probado suerte con la integración de mariachis, pero fue hasta que inició el grupo norteño cuando empezaron a ser más conocidos.

En sus inicios el conjunto estuvo integrado también por personas ajenas a la familia, que fueron desertando, pero que se remplazaron con miembros de la misma familia hasta constituirse en un grupo familiar que ya no solo está en el gusto de la gente del cañón de Tlaltenango sino también el del obispo Noriega Barceló.