Por Eva Gaytán

Pues así son las cosas, una disculpa por ausentarme la semana pasada, por cuestiones de salud mi mente estaba más en blanco que de costumbre.

El chiste es que hablemos de cosas importantes:

De pronto uno ve muchos Hashtags de moda, retos, frases que sirven para hacer memes, y tarugadas que nos permiten hacer más placenteras nuestras vidas, cada vez más dependientes de las redes sociales.

La verdad es que yo creo, que esta ancheta de las redes sociales son lo más perrón que pudo haberse inventado, pero no para tragarse vivo al tarugo que cometió un error, si no para aprender y sensibilizar, no se trata de laikear todo lo que nuestros amigos cuelgan en sus muros, ni de verse más bonita/o que los ex de las parejas actuales.

Dentro de las redes sociales se han desarrollado un chingo de acciones que han puesto en jaque a las autoridades, a los acosadores, a las empresas, al narco no, pero pues es que Feis no es Dios ¿verdad?

Conocí las etiquetas que mencioné en el principio gracias a una amiga  que contó su experiencia de acoso en el trabajo, y de ahí fui viendo en varios muros la libertad de mujeres de sentirse acompañadas en algo que muchas hemos vivido.

Gracias a Colmena Informativa y a otros espacios donde se me ha brindado la oportunidad de colaborar he recibido muchos inbox de personas conocidas y desconocidas (hasta ese momento) que me cuentan sus experiencias.

Todas tenemos dos cosas en común, fuimos acosadas y casi todas guardamos silencio antes tales actitudes.

Desafortunadamente no falta uno que otro vato que quiere demostrar que “a las viejas les gusta, si no por qué no habían dicho nada”.

Las viejas (sí así voy a decir porque así hablo) somos bien lindas, en efecto somos personas muy fuertes y capaces y blablablá, sin embargo el paso de los años y las ideas de las personas que han estado a nuestro lado como criadores, parejas, jefes, amigos y hasta amigas; provocan que sepamos que al momento de denunciar se nos juzgará y cerrarán las puertas; sobre todo cuando una mujer decide defenderse de los abusos de los patrones.

Hace años supe que en un medio de comunicación local, carecían de reporteros y andaban buscando como locos, yo acaba de salir de un medio en el que me negué a dejar que me trataran como basura; cuando le pedí trabajo al jefe de información del medio desesperado me vio con cara de miedo y me dijo: “No, mejor así me quedo”.

En efecto así se quedó, sigue metiendo boletines y firmándolos (a su nombre), pero jamás nadie de su equipo se rebelará. Un buen equipo siempre debe estar controlado.

Cuando hay una denuncia y una alebrestada decide brincar y hablar, siempre surgen historias similares, hasta parece que es la misma.

#YoTambién fui despedida porque le grité a mi jefe que no me tocara las nalgas.

#YoTambién dejé a mi ex esposo porque alcoholizado me golpeaba.

#YoTambién me incomodo por las miradas morbosas de los maestros.

#YoTambién sufrí acoso de un jefe que quería que me acostara con él.

#YoTambién fui ignorada por mis subalternos cuando fui ascendida porque aseguran que llegué a ser jefa por acostarme con el director y gano menos que los hombres que tienen el mismo cargo que yo.

Algunas desconocidas (hasta ese momento) me contaron por mensajes sus experiencias con legisladores; extrañamente esas historias ya las había conocido por mujeres que nunca los denunciaron por miedo a perder el trabajo.

¡Chales!

En fin, este asunto de los hashtags inició en Hollywood por actrices que denunciaron el acoso del productor Harvey Weinstein, muchas mujeres lo usaron para gritar aquello que habían callado.

He notado que hay mucha molestia, sobre todo en hombres (también en mujeres, pero en menor medida) porque “se tardaron tantos años en denunciar”.

Siento que cuando una mujer rompe el silencio de algo que la ha herido, lastima a los hombres porque se sienten agredidos, quizá porque el silencio es más cómodo.

Cuando una mujer está callada “aguantando su cruz” entra en el modelo tradicional asignado a ese género.

Pero al romper ese modelo genera incomodidades en aquellos que no están preparados para ver que cuando una mujer levanta la voz para defenderse es porque el silencio ha dejado de ser una opción de vida; incluso en ocasiones se vuelve un factor de muerte.

Las voces que se levantaron por #YoTambién #MeToo sirven para visualizar que el problema no sólo está en las calles, en los trabajos, hasta en los hogares, está en todo el mundo y ocultarlo no es la solución.

Al mantener la boca cerrada lo único que hacemos es colaborar con quienes se sienten con el poder de violentar a una mujer, porque debido a la impunidad reafirman su condición de superioridad y continúan afectando a quienes se les acercan.

En verdad debemos ver en las redes sociales un medio para señalar todo aquel acoso del que somos víctimas, pensemos que “el patán que me tocó las nalgas cuando pasé frente a él en el Jardín Independencia” no sólo lo hace conmigo, si no con quien se le da la gana, al fin que nadie hace ni dice nada.

No se trata de compartir el vídeo en el que me etiquetó mi amigo/a donde las actrices bien chulas dicen que hay que cuidarnos; ósea, sí compártalo pero también haga lo que la actriz bien chula le recomienda.

Y lo más importante:

DEJEMOS DE JUZGAR NO SEAMOS CULERAS/OS. Las víctimas suficiente tienen con lo que han vivido como para que emitamos opiniones degradantes que las culpan de todo.

Para A.M que me eliminó de feis porque soy payasa (¿Al menos me das permiso para explicarte? Si no es así ni pedo. ¡Sé feliz!)