Por: Luis Medina Lizalde
Fallaron los cálculos de los que esperaban que después de la victoria de AMLO vendría “choque de trenes” de López Obrador con el sector privado mexicano, durante la pasada semana conocimos declaraciones en sentido contrario de Cluadio X González, el más feroz y persistente opositor que AMLO ha tenido en sus tres campañas presidenciales, ¿Qué cambió?, ¿Cómo encontraron tan rápido entendimiento? López Obrador, según reciente encuesta del Universal, sigue ganando terreno al grado que ostenta más de diez puntos a favor de los que obtuvo como porcentaje electoral ¿Cuál ha sido la clave y cuáles son los obstáculos previsibles?
López Obrador enarbola una bandera universal, es decir, válida en todo tiempo y espacio (la honestidad) en vez de una clasista, es decir, en vez de presentar el tema del cambio como resolución a la pugna entre opresores y oprimidos, nos propuso una visión según la cual el conflicto es entre la honestidad y la corrupción, lo que se traduce en la construcción de un estado de derecho y algo muy importante para el sector privado: en vez de la redistribución de la riqueza por la vía de las expropiaciones, se propone una reorientación de lo que ya se tiene pero sin corrupción, es decir, que no se aumenten impuestos pero que todos los jurídicamente obligados paguen lo que les corresponde, y que el dinero destinado a infraestructura productiva y a paliar las carencias sean honestamente ejercidos.
El asunto es que López Obrador les anunció a los empresarios que, a diferencia de lo acostumbrado, el sector privado deberá pagar los impuestos que adeuda y que según lo consigna Roberto Rock en su columna del domingo, andan por el orden de 663 mil millones de pesos (Retrato hereje, “Romo, el enigmático sembrador de confianza”, El Universal, 18 de Agosto).
No habrá “diezmos” ni “moches” vía legisladores, tampoco habrá ventanilla para las tradicionales gestiones clientelares y el dinero de los programas sociales llegará de manera directa sin pasar por la cadena de corrupción que consume gran parte de recursos antes de llegar a sus beneficiarios. Para que todo se cumpla deberemos participar activamente en la observancia que permita la denuncia fundada y efectiva que corrija, prevenga y castigue desviaciones.
MINORÍAS DE RESISTENCIA ENCUBIERTA
Los legisladores adictos al dinero fácil no podrán defender “los moches” y demás “herramientas legislativas”, tampoco los grandes corporativos adictos a las condonaciones de impuestos y demás “estímulos fiscales”; Su resistencia será por debajo del agua, sembrarán de infamias la parte abyecta de la prensa en contra de los impulsores de esos cambios (que en todo momento aceptarán de “boca para fuera”), pero habrá, tanto en el sector privado como en el sector político mayorías respaldando de manera sincera estos lineamientos para ordenar la casa.
Con López Obrador nace una etapa dónde la hipocresía se hace a un lado, los desacuerdos del Presidente con el sector privado serán abiertamente expresados y los desacuerdos de miembros del sector privado podrán externarse sin miedo a represalias, así debió haber sido siempre.
Si es de esperarse que porciones minoritarias de los sectores político y empresarial propinen “golpes bajos” valiéndose de la porción sin ética periodística, aunque los golpes bajos más difíciles de neutralizar procederán de la especie hibrida entre político y hombre de negocios que mantiene en la oscuridad y a prueba de declaraciones de “tres de tres” su verdadero patrimonio, no nos referimos a los que hicieron fortuna desde los puestos públicos y formaron empresas a la vista de todos, como Miguel Alemán y Carlos Hank Gonzàlez. En sus tiempos y para muchos eso era propio del éxito, la mentalidad colectiva admitía “que roben pero que hagan obra” y en una de esas, al honesto lo consideraban un pobre pendejo.
ENTRE MULAS NOMÁS LAS PATADAS SE OYEN
La mentalidad colectiva pasó de la permisividad a la condena radical de la corrupción, tal mutación generó la conveniencia de simular, por ejemplo haciendo depósitos de grandes sumas en cuentas de choferes y de hacerlos participar en transacciones imposibles en su condición económica, ahí está el chofer del empresario con el que hizo sus enjuagues Ricardo Anaya para que nos cuente su experiencia.
Los políticos mulas (por ser resultado del cruce de negocios y política del mismo modo que las mulas lo son del cruce de burros y yeguas) disponen de gran capacidad de dar patadas haciéndose los despistados por contar con redes de complicidad sin las cuales no se hacen propietarios reales aunque ocultos de acciones de empresas, inmuebles, gasolineras, ranchos aquí y allá, inmuebles (y terrenos no se diga).
..y empleados públicos
Es la fuente de resistencia al cambio de más cuidado en todo el territorio nacional
Nos encontramos en El Recreo
@luismedinalizalde