Por: Eva Gaytán

Cuando yo era una pequeña niña, porque sí fui aunque no lo crean, yo no hacía nadita de nada en la casa porque era la bebé y mis hermanas hacían todo, yo era una hermosa y dulce niña a la que amaban. No sé qué pasó después.

El chiste es que cuando mis hermanas se comenzaron a ir de la casa valió madre todo: me quedé con mi hermano y mi mamá en la casa y ¡Tómala cochino! Ya tenía que hacer yo las cosas.

Un día mi mamá amenazó con ponerme a lavar los trastes todos los días, amenaza que no se concretaba y yo pos la mera verdad no mostraba voluntad, hasta que un día, después de un diálogo civilizado (osea unos jalones de pelo) lo hice. Mi mamá me dijo: “Pos ya los lavaste pero a ver si lo hiciste bien”.

Entiendo que las cosas se deben hacer bien y de buenas, o al menos así es en mi hogar, pero en buen pedo, ayer que el gober anunció la activación de la alerta de género me sacaron de onda algunas posturas de “líderes” de defensa de las mujeres se expresaron en el sentido de: “Que no sea simulación” ;  “que no sea nada más para dar chamba a los cuates”; “supongo que lo van a hacer mal”; “pos a ver si lo cumplen”; “¿les van a dar dinero? Porque seguro se lo van a quedar”.

Osea no mamen, aunque mi mamá lo haya hecho cuando yo era una hermosa niña, no quiere decir que sea correcto; en verdad es una medida que deberíamos celebrar, sobre todo las morras, pero “sobre sobre todo todo todote” las mujeres que están prestas a la defensa del derecho de la mujer a vivir una vida sin violencia.

Como ya les he contado tengo una hija, y desde antes de que naciera  asumí el compromiso de educarla de tal manera que no permita atropellos, abusos o violencia en su vidase defienda sin atropellar, abusar o violentarabrir los ojos y reconocer las señales de un abusadoramonestado el uso de expresiones misóginas, porque las tiene. Estas expresiones en gran medida son generadas por el entorno en el que se desarrolla. Lo he dicho en reiteradas ocasiones como mujeres conscientes del peligro en el que estamos y ávidas  de trasformar nuestro entorno en favor de todas, una medida indispensable es intentar señalar y corregir nuestro círculo inmediato y en base a ello comenzar a extender la transformación.

La Activación de Alerta de Género me parece una medida extraordinaria que debemos aprovechar TODOS y TODAS, (usar el masculino y femeninos en el lenguaje no lo es todo); y la activación nos debe servir para que los tres órganos de gobierno se pongan vergas en la atención y defensa de la mujer pero lo más importante es que, la sociedad en general debe(mos) tomar nuestra parte y contribuir a evitar cualquier manifestación de violencia en contra de la mujer. Recuerden lo que también he mencionado VIOLENCIA ES VIOLENCIA.

Como ciudadanos tenemos la obligación y el derecho de comprender lo que hace daño a la sociedad, educar desde el hogar a las niñas y a los niños para evitar manifestaciones de odio que en muchas ocasiones sin darnos cuenta fomentamos.

Es verdad que con la alerta  no vamos a regresar la vida a ninguna de las mujeres que han sido  asesinadas, pero algo que me dio gusto y lo expresé en el momento del anuncio del gober con dos amigas a quien adoro fue y cito: “Espero que esto sea el inicio de algo maravilloso para todas, me dio gusto saber que todo el pinche Estado trabajará para que mi hija y sus hijas no sufran lo que yo sufrí, neta se los juro”.

La solución no se dará mañana pero ahora tengo la seguridad de que la federación, el estado, el municipio, la sociedad  en general estarán trabajando para que mi niña padezca menos de lo que las mujeres actualmente padecemos y que sus hijas (si en algún momento decide tenerlas) no lo padezcan más y sus hijos (si decide tenerlos algún día)  no sean generadores de ningún tipo de violencia contra la mujer.

Antes de despedirme de ustedes, ínclitos lectores les voy a contar una anécdota (no sin pedir una disculpa a mi hija por hacerlo en este medio, pero hay cosas que creo que pueden servir):

Un día, luego de vivir uno de los muchos infiernos que viví, terminé a media calle, descalza y sin dinero, llorando por la impotencia, mi hija era una bebé, (no quiero contar detalles porque no puedo, aún no puedo aunque usted no lo crea) y yo no podía irme porque ella estaba en el departamento con su papá.

Hice lo más sensato del mundo. Llamé a la policía. Llegó una patrulla con dos agentes un hombre y una mujer, ellos me entregaron a mi hija y me llevaron a un lugar seguro. Antes de irse la mujer policía me recomendó no amamantar a mi hija hasta que me hubiese ordeñado. “Mejor que tenga hambre un rato y no se le vaya a torcer. En serio hasta se pueden morir los niños”.

Al día siguiente la mujer policía, cuando terminó su jornada laboral, fue a la casa donde me había “depositado”, quería saber si estaba bien, si el  sujeto no había ido a molestarme, si necesitaba ayuda y a darme su número de teléfono personal. “No se deje, ya dio el primer paso”.

Eso queridos amigos es lo que necesitamos en la sociedad, EMPATÍA, no porque no lo hayamos vivido quiere decir que debemos voltear a otro lado y creer que el problema de otros y no porque lo hayamos vivido quiere decir que debemos ponernos como ejemplo. No, lo que quiere decir es que debemos entender que si alguien necesita ayuda y yo tengo la oportunidad de hacerlo lo hago.

La alerta de género debe permitir que las autoridades judiciales nos den atención pero también que la sociedad deje de  hacerse pendeja cuando ve un atropello y ayude y demuestre que quien está siendo víctima de violencia no está sola porque TODOOOS estamos trabajando para que eso se detenga.

La alerta de género es una oportunidad de que quienes criticamos hagamos algo, demos señales de vida y respaldemos a quienes lo necesitan.

La alerta de género es un jalón de pelos como el que me dio mi mamá para que lavara los trastes, pero el jalón es para las autoridades y para los zacatecanos.

El gober pidió la alerta para los 58 municipios, sin importarle que eso pudiera, en el futuro, tener algún costo político por ser su estado el único con alerta en todo el territorio. Actuó como humano, no como político.

¿Queríamos huevos?

¡Pos ahí están!

 Ahora nos toca demostrar que de este lado también los tenemos.