Por: Luis Medina Lizalde

Preservar el estado de derecho no es “enchílame otra”, el gobernante que sabe, no recurre a la fuerza pública más cuando es estrictamente necesario y con plena comprensión de sus gobernados, es decir, mantener el estado de derecho solo es posible mediante la virtuosa combinación de legalidad y legitimidad. El pasado lunes, las autoridades estatales y del municipio de Fresnillo fueron gravemente rebasadas y quedaron exhibidas como incapaces de responder a un grave atentado a la legalidad que no debe repetirse.

Los mineros que responden al liderazgo del diputado federal priista Carlos Pavón Campos se movilizaron ante el rumor de que en el Hotel Casa Blanca se hospedaban dos visitantes del equipo de Napoleón Gómez Urrutia y se apersonaron vociferantes en el lugar y revisaron habitación por habitación, luego se marcharon a bloquear el acceso y la salida de Fresnillo. 

Los mineros son ciudadanos con derechos,  independientemente de lo que pensemos de sus inconformidades están en  pleno derecho de manifestarlas, a lo que no tienen derecho es a atropellar los derechos de los otros como lo hicieron cuando externaron su descontento por el  “impuesto ecológico” interrumpiendo las vías de comunicación, impidiendo el acceso al aeropuerto, acosando violentamente a dos diputadas locales por haber votado por ese impuesto  y ahora incurriendo en un allanamiento que no tiene antecedente que yo recuerde.  

TRATO DISPAREJO

Durante prolongados años, el periodismo zacatecanos ha satanizado las protestas de los estudiantes de la Normal Rural General Matías Ramos, las marchas de ex braceros y en tiempos más lejanos las movilizaciones campesinas y universitaria  de los años 70, las del Barzón en sus buenos tiempos y muchas otras que no obstante su radicalidad nunca se atrevieron a lo que Carlos Pavón y seguidores hicieron el pasado lunes ¿A qué se debe que la prensa ahora no le otorgue relevancia a esas conductas? Me inclino a pensar a que la prensa ha sido  dura con aquellas movilizaciones debido a que esa línea se operaba desde el gobierno del estado, línea que no se pone en práctica cuando se trata de “amigos”, a compañeros de partido. Pues lo reconozcan o no,  Carlos Pavón es uno de los activos del oficialismo local.

 Celebro que ni el Gobernador ni el Presidente Municipal recurrieran a la fuerza pública como único modo de proteger los derechos de la ciudadanía atropellada y de los empresarios hoteleros directamente afectados, pero si piensan que todo debe quedar en eso, están faltando a su deber.

Hace unos  días las oficinas de prensa del gobierno del estado y del ayuntamiento de Fresnillo difundieron las caras sonrientes de gobernantes e inversionistas arrancando la construcción de un hotel poniendo énfasis en los beneficios para el turismo  ¿Los visitantes se sentirán atraídos por la posibilidad de que su intimidad sea violentada por exaltados en busca de huéspedes para ellos indeseables?

Extraña el silencio del sector turístico y  de los  eternamente  reclamantes de “clima de inversión”, de los que siempre demandan represión en nombre del estado de derecho ante manifestaciones protagonizadas por núcleos distantes del partido gobernante.   

El desafío de conservar el estado de derecho es también cultural, hay quienes no distinguen dónde empiezan los derechos de los demás,  que ponen en el mismo saco los bloqueos y las manifestaciones, las legítimas peticiones y las extorsiones, que suponen que el que grita más es el más oído, algunos de  estos “radicales” eran en mis tiempos estudiantiles huéspedes distinguidos de las nóminas oficiales, particularmente de la tenebrosa y extinta Dirección Federal de Seguridad, con sus excesos siempre abonan a la criminalización de la genuina protesta social.

UNA COSA ES JUAN DOMINGUEZ  Y…

Hasta Zacatecas y desde España vino a parar un republicano llamado Juan Vila después de salvar la vida escondiéndose en un sótano de la persecución del gobierno asesino de Francisco Franco, simpatizaba con la rebeldía justiciera del estudiantado de la UAZ que se vinculó con los pobres del campo y la ciudad pero le exasperaba la falta de civilidad de los que andando en esos menesteres tuvimos la fortuna de conocerlo, decía “Ustedes están empeñados en que parezca verdad lo que sus enemigos dicen de sus luchas” No entienden que defender un derecho atropellando los derechos de otros es la fórmula para que nunca pasen de ser una simple molestia incapaz de cambiar nada”,  (Juan Vila enfrentó una huelga de sus trabajadores en la mina que poseía de una forma  poco  acostumbrada: se las entregó a los trabajadores).

Es hora  del apuntalamiento de nuestras libertades ejerciéndolas con pleno respeto al derecho de terceros y al interés general.

Que la ley lo mismo valga para unos y para otros

Nos encontramos el martes en Recreo

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