Por: Luis Medina Lizalde

No demos curso a la competencia entre niveles de gobierno por quedar bien con los electores potenciales mediante programas sociales. La Federación despliega su actividad en el territorio nacional para incluir en sus programas sociales a los habitantes para los que fueron creados, los estados a su vez hacen lo propio y los municipios procuran no quedarse atrás, pero no estamos ante la complementación de esfuerzos sino ante la insana competencia por captar clientelarmente las simpatías electorales anticipadas.


El dinero público destinado a pobres y vulnerables rendirá más si los gobiernos de los estados y municipios y el gobierno federal se pusieran de acuerdo para complementarse en el esfuerzo y no competir con insanos propósitos, por ejemplo, las becas estudiantiles pudieran ser responsabilidad exclusiva del gobierno federal y los gobiernos estatales y municipales serían vigilantes de que nadie  sea marginado por motivos ilegítimos y como gestores activos de la corrección de errores e insuficiencias ante la propia federación.


La ventaja que los zacatecanos derivaríamos de la política de complementación entre niveles de gobierno sería la liberación de recursos que en estos momentos se manejan con fines clientelares, por ejemplo, el gobierno de Zacatecas pudiera poner en marcha un programa de dotación de unidades de transporte estudiantil para trasladar a los estudiantes que residen en sitios distantes a su escuela y que diario hacen el sacrificio que tuvo que hacer en su infancia el gran Don Benito Juárez hace dos Siglos. Con la inclusión de los habitantes en la cobertura de salud de la federación es más que probable que los ayuntamientos en vez de otorgar dinero para compra de medicamentos pudiera adquirir ambulancias para situaciones de urgencia
Hoy asistimos a duplicación y en ocasiones triplicación de gasto público en competencia desgastante y estéril.

PROGRAMAS EMPALMADOS


El Presidente es enfático en el rechazo al uso clientelar de los programas sociales de la federación, para ello, convoca a la denuncia pública y desplaza a organizaciones clientelares de su tradicional intermediación, difunde direcciones electrónicas para la queja sin necesidad de identificarse e inicia la dispersión de centros integradores de desarrollo cuya misión es atender solicitudes, brindar información y aclarar dudas, ordena levantar censos casa por casa y conformó un ejército de servidores públicos para tal efecto.


El gobierno de Tello no busca la sana complementación, calificó de populista la política social tachándola de asistencialista mordiéndose la lengua puesto que del gobierno locales son bastiones de asistencialismo puro con intencionalidad electoral por todos conocida.


Es hora de revisar políticas empalmadas
Entiendo que al gobernador le genera desconfianza la frecuencia de denuncias de que algunos operarios de programas federales actúan como siervos de la ambición y no como siervos de la Nación, ante esto le corresponde ejercer su interlocución ante el gobierno federal para que corrija, prevenga y castigue lo conducente, ser voz de beneficiarios marginados por razones facciosas para que ningún zacatecano que cubra los requisitos legales sea excluido.


Zacatecas ha creado una burocracia estatal imitando a la burocracia federal, la reorganización de la administración pública zacatecana es una necesidad ineludible pero imposible de concretar sin admitir que en vez de competir con el gobierno federal hay que complementarse, que si la federación otorga becas el gobierno del estado se haga cargo de otras necesidades urgentes como el transporte escolar, que los ayuntamientos pongan bibliotecas funcionales con los recursos que ahora destinan a becas etcétera.

 
La vileza de usar a los pobres como recurso escenográfico es una de las más repugnantes expresiones de la tradición clientelar porque agravia la dignidad del retratado recibiendo un costal de cebada o una silla de ruedas.


Cuando no es temporada electoral la entrega de “dádivas” con recursos públicos suele ser abierta porque se usa como promoción del “dadivoso”, en tiempos electorales se hace furtivamente.


En tiempos recientes se creaban grupos de localización de bodegas almacenadoras de despensas y cemento para comprar votos, ojalá que nunca más se repita el espectáculo. 

ENTENDIMIENTO DESEABLE


Lo peorcito de la política se forja en la práctica clientelar, el que se abre paso haciendo caravanas con sombrero ajeno no tiene nada en la cabeza para ganar adeptos sin mentiras ni argumentos.


Las prácticas clientelares le han robado carretadas de dinero al bienestar de la población, agravia la dignidad de beneficiarios utilizándolos en promoción de ególatras con cargo a los impuestos.


Es hora de cerrar el ciclo clientelar, inmoral por definición, mediante la complementación auténticamente federalista como lo promueve el Presidente López Obrador, falta que los estados y municipios pongan de su parte y falta que se castigue ejemplarmente a los empleados públicos de los tres niveles de gobierno que no entiendan su deber.

 

Nos encontramos el viernes en el Recreo
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