Por: Luis Medina Lizalde
El Sector Salud debe someterse a examen colectivo como consecuencia de la renuncia de Germán Martínez como Director General del IMSS, para ello hay que centrar el debate en la situación catastrófica que se gestó en varias décadas.
La reacción mediática dominante enfocó el tema casi como “el principio del fin” de la #CuartaTransformación y el comienzo del colapso de un gobierno que no alcanzan a descifrar, haciendo evidente que son el único bastión, cuando menos ahora, al servicio de los que han perdido privilegios inconfesables y que ahora interponen amparos para que sus identidades permanezcan en el anonimato para hacer sentir su furia mediante campañas mediáticas contra cada paso del Presidente de la República.
Es una dramática verdad que tanto el ISSSTE como el IMSS sobreviven gracias a la elevada mística de servicio que tienen médicos y enfermeras, quienes frecuentemente reciben reclamos por insuficiencia de medicamentos, camas, ambulancias y personal. Las remuneraciones con frecuencia no se comparan con los ingresos de diputados y senadores, pero la falsedad estriba en que la dramática situación sea consecuencia de recortes presupuestales encaminados a financiar los programas sociales.
Hablando con personal del IMSS e ISSSTE me queda claro que la insuficiencia de especialistas se ha venido paliando con suplencias de precario contrato, que la falta de equipo, de mantenimiento, de ambulancias y de camas es penosa cotidianidad desde hace varios años.
Quien conozca las comunidades del sureste zacatecano tiene claro que donde hay clínicas no hay médico y donde hay médico no hay medicamentos. La gente sabe que es mentira que las dramáticas condiciones de las instituciones públicas de salud sean efecto de medidas de reciente adopción, en todo caso, lo que se puede decir con verdad es que aún no se hacen visibles los esfuerzos por cambiar la situación.
Nicolás Maquiavelo dice en su clásica obra que el gobernante que apuesta por los cambios se la juega cuesta arriba debido a que los que salen perjudicados lo resienten en lo inmediato mientras que los beneficios tardan en hacerse notar, el caso que nos ocupa confirma la genialidad del autor de “El Príncipe”.
CURANDO HERIDAS SIN ANESTESIA
No hay recortes al presupuesto del Sector Salud para canalizarlos a programas sociales, las modificaciones y transferencias son competencia de la H. Cámara de Diputados, gastar por sus pistolas en otra cosa lo programado, es delito que se llama peculado.
Lo que sí se implementa en estos meses es la eliminación de gastos superfluos, tope salarial para la élite directiva, supresión de plazas de confianza y la modificación de prioridades además de la centralización de las compras y designación de coordinadores administrativos desde la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda, en esquema semejante al que aplican el gobierno del estado de Zacatecas.
Estos movimientos pisan callos.
El texto de la renuncia de Germán Martínez a la Dirección del IMSS es una aportación a la discusión abierta, su diferendo con el Secretario de Hacienda ayuda a centrar el debate en un rubro estratégico para el bienestar de los mexicanos, Germán nunca aceptó compartir con Hacienda la función de la vigilancia administrativa, por eso hubo de ser transferido al ISSSTE Pedro Zenteno, inicialmente elegido para la encomienda.
Después de resistir lo que pudo Germán se reintegra a su escaño y a la bancada de Morena en el Senado reiterando su lealtad política al Proyecto de López Obrador, dejando a Zoé Robledo con la papa caliente.
El IMSS padece la defraudación de un considerable porcentaje de patrones que no reportan la remuneración real de sus trabajadores. ¿Quién no sabe de esa práctica que tanto lastima las finanzas de la joya de la seguridad social de los mexicanos?
Al IMSS le pone en crisis el no pago de los ayuntamientos de este país tan irresponsablemente administrados ¿Le suena conocida la historia?
La utilización electoral de estructuras públicas también hizo que el IMSS otorgara plazas y contratos como facturas de campaña ¿Cierto?
IMPACIENCIA INDUCIDA
La gente es estimulada a ignorar que las ministraciones presupuestales no llegan a los estados desde el primero de enero, sino que lo normal es que sea en el inicio del segundo semestre y que a veces llega tan al final del año, que los ejecutores se hacen pedazos para ejercer el recurso e impedir su devolución.
Si eso es en años normales, con mayor razón en el arranque de una administración sexenal, la confusión no siempre es siembra deliberada pero de la misma se valen los que no digieren el fin de elevadísimas remuneraciones burocráticas y los que apenas vivirán la experiencia de pagar impuestos.
Nos encontramos en Recreo
@luismedinalizalde