Por: Luis Medina Lizalde

Aunque las listas de candidaturas a cargos de elección popular son testimonio irrefutable de sobrevivencia de una especie de políticos inmersos en los peores vicios, hoy como nunca antes aparecen dibujados los contrastes entre lo ético y lo inmoral, a partir de ello, la ciudadanía pondrá remedio.

En 1988 Cuauhtémoc Cárdenas no dispuso de un solo spot para hacer frente al injurioso trato que recibió de Televisa y similares. Aquí supe del ignominioso caso de la devolución del pago adelantado a una radiodifusora por un spot que no se atrevió a transmitir, dónde se daba lugar y hora de un acto del ingeniero Cárdenas..

De ese tamaño era el férreo control.

Con todo eso, no bastó para que Salinas De Gortari ganara las elecciones; y para acceder el poder y convalidar el fraude, la cúpula del panismo pactó con el régimen el fraude, la quema de actas y boletas y la entrega de Guanajuato sin votación de por medio y la reforma constitucional que permitiera que un hijo de extranjero, Vicente Fox, pudiera ser presidente de la República.

Gracias a la perseverancia de los que luchan, el sistema tuvo que ceder el más importante bastión político después de la presidencia de la República, el gobierno de la capital del país, ganado contundentemente por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en 1996.

Un cambio muy importante de 1988 a la fecha consiste en que, si bien la ciudadanía todavía no manda, si presiona cada vez con más éxito, al grado que el régimen tiene que entregar cabezas para prolongar su agonía (Javier Duarte, Yarrington, Eugenio Hernández y los que se acumulen), aunque la descarada protección a Emilio Lozoya Austin y probables implicados en sobornos de Odebrecht dan cuenta de que aún es vigorosa la resistencia a aplicar la ley a los “picudos”. Casos como el de la “estafa maestra” nos darán cuenta si los expedientes de la Procuraduría General de la República (PGR) abiertos contra políticos en activo concluyen en los tribunales en vez ser usados para obligarlos a “colaborar”.

MENSAJE A TIEMPO

Otro fruto de la presión ciudadana es la caída del delegado federal de la CONAFE en Zacatecas, Luis Miguel Melgar Mendoza, recientemente destituido del cargo gracias al reporte de dos medios locales, retomado también por medios nacionales, muestra el contraste con lo ocurrido con Guillermo Huízar Carranza que fue grabado pidiendo a su audiencia trabajar a favor del PRI, al igual que el delegado aludido y no solo la libró sino que dejó sin empleo a quien osó registrar su intervención ilegal en un proceso electoral.

Cierto es que el delegado de CONAFE aún asiste a la oficina y sigue usando vehículos oficiales y que otro funcionario (de información y logística) cuya voz también registra el audio no recibió ninguna sanción del órgano de control interno y que se ordenó al de informática borrar todas las huellas que delataran el trabajo a favor del PRI, pero también es cierto que la medida de separarlo del cargo se toma antes de que siquiera se interponga la denuncia correspondiente ante la Fiscalía Especializada para la Atención de los Delitos Electorales (FEPADE), denuncia que involucra, por cierto, a los mandos nacionales de esa dependencia como se escucha con claridad en el audio aludido. El mensaje es muy claro: la presión ciudadana ya no permite la impunidad de antes.

Otro venturoso cambio fruto de la presión ciudadana en su modalidad de público de los medios de comunicación consiste en la mayor apertura, pluralidad y profesionalismo informativo, no es que haya desaparecido el “periodismo chayotero”, aún ocupa importantes espacios, pero ya no tiene el eco de antes, dicen, escriben y gesticulan sin que los “pele” la gente que ya dispone de medios alternativos para ponerse al día. Los dueños de medios entienden que tendrán que abandonar el negocio del engaño y que del mismo modo que “sin tetas no hay paraíso” sin credibilidad no hay ganancias.

Es razonable la hipótesis de que Cuauhtémoc Cárdenas estuviera adelante en las encuestas, pero lo más seguro es que solo lo supieran en el “cuarto de guerra” de … Salinas de Gortari.

En 2006, AMLO iba adelante en las encuestas, pero eso solo el círculo rojo lo conocía, en 2018 es otra cosa, su enorme delantera es conocida, literalmente hablando, aquí y en China.

CONTROL CIUDADANO

La presión ciudadana conducirá más temprano que tarde al control de calidad de los políticos, impulsando a los que sirven con rectitud y desechando a los que se despachan con la cuchara grande, robando , haciendo negocios con la obra pública, pidiendo “mochada” por “bajar recursos” y colocando por aquí y allá cuñados, yernos, sobrinos, hermanos e incondicionales.

Ese control no ha llegado pero ya se asoma

Nos encontramos en El Recreo

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