Para nadie es un secreto la catástrofe en la que se encuentran los municipios del estado de Zacatecas, apenas este sábado vimos la toma de protesta en el formato rutinario. La falta de desarrollo en la entidad ha hecho de las administraciones municipales el clavo ardiendo para tener un ingreso, por eso, la resistencia a abandonar el puesto de trabajo aún de ocupantes de puestos de confianza ha sido el primer escollo que enfrentan los nuevos ediles.  Visto el desolador panorama vale preguntarnos cómo es el modelo de político que resultó fallido  y debe ser descontinuado.

Antes de que se pusiera de moda el modelo al que podemos denominar “de la transición fallida” cuyo exponente máximo es Vicente Fox, la actividad política corría a cargo de activistas de causas aunque sólo los que formaban parte del PRI tenían expectativas electorales especialmente como integrantes de cabildos, se trataba de gestores de semilla, de pozos de riego, de introducción de servicios etcétera eran miembros activos de la CTM, CNC, CNOP  involucrados  en apoyo a los que sin disimulos eran designados mediante  “dedazos” a  puestos de elección de primera línea.

No faltarían prietitos en el arroz en esos activistas de perfil popular pero la mercantilización era mil veces  menor.

Ahora predominan políticos sin causa que no sea la personal,  silenciosos,  alejados de la problemática social cuando no hay “hueso” en perspectiva y sin seguidores por convicción, si no pagan están solos.

CON CARGO A LOS IMPUESTOS

El “degenere”  cobró fuerza  cuando  los partidos políticos dispusieron  de dinero para que el trabajo político de carácter esencialmente voluntario fuera sustituido por la actividad remunerada, el activista se convirtió en “operador” pagado y empezó la frenética y soterrada competencia por obtener dinero hasta de debajo de las piedras  para existir en la política así se extendieron las redes de corrupción cuyo desmantelamiento apenas inicia. Algunos políticos, como buenos comerciantes, compran servicios a crédito bajo la fórmula de “ayude ahora y cobre después” con regidurías, sindicaturas, puestos directivos, contratos, empleos, obra pública para incrementar plusvalía en propiedades, condonación de impuestos etcétera. Por esa vía, los ayuntamientos se saturaron de personal  de laudos desfavorables  de deudas a la CFE, IMSSS y demás administración tras administración.

Ser regidor significó acceder a remuneración muy por encima de los especialistas del Seguro Social o de los investigadores de la UAZ en los municipios más grandes y para no darle cuerda a los criticones se inventaron "bonos de gestión” para aparentar que ganan menos.

Los presidentes municipales se asumen responsables de ganar las elecciones para su partido y “arréglatelas como puedas”, de allí sale gasolina para campaña, mano de obra, etcétera

DELINCUENCIA ORGANIZADA

Al grito de “político pobre es pobre político”, los que acceden a condición caciquil financian  su actividad mediante extorsiones ampliamente experimentadas por varias generaciones de integrantes de ayuntamientos  legislaturas, administraciones estatales y federales,  el “prócer de marras” cobra diezmo a los que puede decirles “me la debes”, por eso las ambas cámaras del “H” Congreso de la Unión y administraciones de los tres niveles de gobierno  están saturadas de cuates, de parientes y de incondicionales que cooperan para la causa de rufianes empoderados, algunos de los cuales son aviadores a los que les llega una parte de un sueldo que no devengan a cambio de un jugoso porcentaje para quién los metió a la nómina, todo eso gravita en las finanzas municipales de nuestro estado, a lo que habrá que sumar los “moches”  que para su alivio  desaparecerán  toda vez que los legisladores ya no “bajaran recursos” a partir de que asuma el poder López Obrador, lo que augura un grave desempleo para las imprentas encargadas de falsificar facturas.

Los mexicanos hemos llegado a un punto sin retorno, o acabamos con la corrupción en la vida pública o la corrupción acaba con nosotros, para eso la ciudadanía tendrá que generar su propio plan, su propia estrategia, su propia acción para combinar esfuerzos con quienes desde puestos públicos están en disposición de hacerlo.

SIN PLAN DE NAVEGACIÓN

En Zacatecas hay vacío de liderazgo en la lucha contra la corrupción, solo palabras, solo declaraciones, nada en firme.

 Tello aprendió pronto a “no meterse en problemas”.

 En ningún discurso,  en ningún plan de trabajo  de los nuevas autoridades se advierte  plan para enfrentar la situación de insolvencia generalizada, sigue  la rutina de  periodicazos  contra los salientes que antes hicieron lo mismo.

 La Auditoría Superior del Estado tiene la pólvora mojada al  no blindarse de la consigna política subterránea.

Mientras eso no cambie, nuestro reclamo de más dinero a la federación es grito débil, casi inaudible.

Reafirmo mi convicción: la tarea de combatir la corrupción es ciudadana.

Nos encontramos en el Recreo

luismedinalizalde@gmail.com

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