Por Luis Medina Lizalde
Lo jurídicamente destacable en el la vinculación a proceso de Rosario Robles es que se le fincan responsabilidades por lo que calló, todavía no por lo que hizo.
si reconoce que no notificó los hechos en cuestión estará admitiendo el delito de ejercicio indebido de servidores públicos previsto en el artículo 214 fracción tercera del Código Penal Federal.
Si acredita que si notificó meterá en camisa de 11 varas a su superior Jerárquico el Presidente Peña Nieto, pero de cualquier forma ella no salva su responsabilidad dado que su obligación no se agota en tener que notificar sino que era su deber tomar medidas.
Ayer escuché la entrevista radiofónica que concedió a Radio Zacatecas el ingeniero Pedro De León Mojarro , quien fuera funcionario relevante con Rosario Robles, en la defensa que hace de su ex- jefa menciona una creencia que no por extendida deja de ser equivocada , dice el ingeniero que corresponde a los oficiales mayores de cada dependencia la responsabilidad del manejo del dinero, con lo que establece que Emilio Zebadúa debería estar tras las rejas y no Rosario, olvidando que los oficiales mayores no se mandan solos y que su desempeño está bajo instancias jerárquicas superiores que son responsables de lo que hagan sus subordinados, por eso no tiene escapatoria quien sabiendo de los hechos delictuosos no los frenó o quién estando obligado a saber lo que hacen sus subordinados no lo hizo.
Es relevante aprender que los pueblos que son exitosos frente a la corrupción son los que castigan la actitud muy constante en México de ver y callar conductas lesivas al interés general, en la medida en que se extendió la cultura omisa la tolerancia a la corrupción se convirtió en factor de estabilidad política y una alta franja de servidores públicos de todos los rangos federales estatales y municipales se convierten en delincuentes activos unos y pasivos otros.
DELINQUIR POR OMISIÓN TAMBIÉN ES DELINQUIR
Hemos vivido un prolongado ciclo de silencios corruptos combinados con vociferaciones corruptas que mezclados instalaron la corrupción en el sistema, muchas delaciones de gente que sabe de hechos delictuosos y no se atreve a notificarlos dónde corresponde alimentan las revelaciones periodísticas y de algún modo han servido para que la ciudadanía tome conciencia de la descomposición que ahora por primera vez se enfrenta, pero otras veces, las delaciones se producen en ámbito privado, entre “cuates” que carecen de poder para combatir la corrupción.
Otra modalidad de la conducta omisa es la utilización de información de hechos irregulares no para que se corrijan y se castiguen sino para dañar políticamente al adversario, es así como vemos a una clase política ofreciendo el espectáculo del “el comal le dice a la olla mira que tiznada estás”.
El Gobierno de López Obrador ya quemó las naves con la porción corrupta de la poderosa élite, los que hablaban de un acuerdo entre el presidente y Peña Nieto ya no podrán sostener sus dicho.
Los adversarios de López Obrador buscarán debilitarlo, para ello están a la caza de cualquier incongruencia sabedores de que en las filas del nuevo gobierno abundan los que aprendieron las viejas prácticas, ¿Cómo responder al reto de evitar que la burocracia operativa de los programas sociales sea corrompida? ¿Cómo deshacer nexos indebidos entre presidentes municipales a los que se les delega la tarea de localizar beneficiarios haciendo del censo de casa por casa un ejercicio de simulación? ¿Cómo evitar que estos operarios hagan cobros indebidos? El riesgo de que los servidores de la Nación se convierta en ejército de desleales es una realidad que solo la vigilancia popular puede conjurar, todo mexicano sinceramente interesado en desterrar la corrupción que tantos males acarrea, debe enfrentarla trátese de quien se trate no incurriendo en ejercicio indebido de servicio público si es empleado público, ni en ejercicio indebido de ciudadanía si es un simple mortal.
ASÍ FUERAN TODOS
Celebro con optimismo el paso que acaba de dar un honesto Delegado Regional de Servidores de la Nación que acudió a la Fiscalía General de la República a denunciar la probable comisión del delito de ejercicio indebido del servicio público por operarios de programas sociales denominados “Servidores de la Nación”.
El denunciante, abogado egresado de la UAZ, fundamente su denuncia en videos, fotos, testimonios, audios y hasta en mensajes en cartulinas fijando la cuota a cada beneficiario.
Israel Alejandro Pérez Ibarra es un auténtico luchador por ideales y ejemplo a seguir, su actitud es la que México necesita, para los zacatecanos es un orgullo que sea egresado de la UAZ y una pena que en vez de que en Zacatecas labore en Querétaro.
Ojalá que su actuación sirva de ejemplo
Nos encontramos el Lunes en Recreo
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