Por: Luis Medina Lizalde

                                          

No es lo mismo denunciar corrupción antes que ahora que la gente votó por el que hizo del combate a la corrupción su bandera principal.

La  gente  se anima  a luchar contra la corrupción en la vida pública, se percibe una sensación de confianza en que la impunidad ya no será política pública porque los corruptos no gozarán la protección de un régimen  que no puede combatirlos sin desestabilizarse a sí mismo.

Signo de los nuevos tiempos es la decisión de la Presidenta Municipal de la capital zacatecana de no someterse al chantaje a la que han   querido someterla algunos regidores que le amenazan con no acudir a la sesión donde deberá informar si no les otorga un bono de 50 mil pesos a cada uno, ella ha decidido correr el riesgo y les ha manifestado que no se dejará extorsionar. Quien suponga que se trata de un hecho aislado se equivoca, lo novedoso es que  se les  los manda a freír espárragos, pero desde la historia de los últimos veinte años, poco más poco menos, es abundante en episodios de esta naturaleza, hay presidentes municipales que han gastado dinero público en comprarle traje a cada uno de sus regidores con motivo de la ceremonia de su informe. De estas y otras lindezas se sabe desde hace tiempo en un estado que hasta hace poco más de 20 años tenía en el puesto de regidor un cargo honorífico sin más costo para el erario que viáticos de traslado.

¿Por qué  callan los presidentes sometidos a chantajes? Lo primero que se me viene a la cabeza es que porque tienen “pecados” conocidos por los regidores, de ese modo pesa más el temor al balconeo y  a las molestias auditoras posteriores que su sentido de   responsabilidad institucional,   otra razón es que el presidente  en ocasiones  aprovecha las ambiciones de sus regidores  servirse con la cuchara grande

 SE HIZO CULTURA

Muchos nos burlamos de Peña Nieto cuando declaró que la corrupción era cultural pero si lo pensamos bien tiene toda la razón, durante muchos años hemos conocido de que las candidaturas se venden, que hay quienes ofrecen un número determinado de votos a cambio de “un millón de pesos y contratos de obra”, que hay quienes tienen que compartir la dieta (o las herramientas legislativas o bonos de gestión) con quien se atribuye “haberlos palomeado”, ayer un estimado abogado me relataba que un regidor con su bono de gestión pagaba la nómina de su partido político en el municipio. Son historias que circulan a voz en cuello, nadie lo ignora, aunque justo es decir que hay ocupantes de cargos públicos que cumplen su encomienda con decencia.

Otro signo de que la corrupción se hizo cultura es el espeluznante dato que da a conocer mi ex compañera en la legislatura federal Diana Bernal, en esos momentos titular de la Procuraduría de Defensa del Contribuyente (PRODECON),  sosteniendo que en México, cada año, el fisco pierde dos billones de pesos por las facturas falsas, se imagina?:  DOS BILLONES DE PESOS.

Es de esperarse es que si hay más presidentes municipales  en la situación de la edil de la capital sigan su ejemplo y no se sometan a extorsiones infames.

Es  comprensible que la tradición de silencio pese mucho  en un estado dónde los gobernadores han dispensado “favores” para que les aprueben  cuentas públicas y endeudamientos sin tener que  esgrimir fundamentos convincentes.

Démonos cuenta  que la derrota electoral del carcomido régimen abre el camino para abatir la corrupción de la vida pública en dónde quiera que se presente siempre y cuando no volvamos a ser ciudadanos de un día, el de las elecciones. Que entendamos que limpiar de corrupción la vida pública es tarea de todos, no solo de gobernantes, hagamos que Judit Guerrero  conquiste una victoria que lo será de todos.

                          ENTRE TODOS SI SE PUEDE

                                                                  

Las redes de corrupción echaron raíces en la vida pública y para deshacerlas será indispensable que la ciudadanía  combata activamente y no se atenga a lo que pueda hacer López Obrador, que advirtamos que en sus propias filas puede brotar la cizaña junto al trigo y que además, así como la corrupción de Sonora solo la podrán abatir los sonorenses y la de Guanajuato los Guanajuatenses la corrupción en Zacatecas solo será abatida por los zacatecanos.

Morena no debe hacerse ilusiones y suponer que en sus filas no hay proclives a la corrupción, no saca del atraso cambiar de siglas, saldremos  del atraso con los que además de honestidad, ofrezcan capacidad y valores democráticos.

Los ineptos, débiles de  carácter y  corruptos no  son solución

Bien por Judit

Nos encontramos en El Recreo

@luismedinalizalde

luismedinalizalde@gmail.com