Por: Luis Medina Lizalde

Por primera vez en la historia de las sucesiones presidenciales, los mexicanos discutimos nombre por nombre de los que acompañarán al Presidente de la República mucho antes de su toma de posesión.

López Obrador es el único que se ha dado el lujo de anticipar su gabinete. Sin miedo al abandono de los que esperaban algunos de los cargos en juego, desde antes de las votaciones dio a conocer los cargos principales y luego de las mismas ha desgranado, semana tras semana, los cargos subalternos.

Como es natural, los que a unos les gusta a otros les disgusta. El liderazgo de López Obrador es de una fuerza tal que la gente atribuye a su voluntad cada nombramiento por poco significativo que sea, como si para él, el día no fuera de 24 horas y la hora no tuviera 60 minutos. Pero no, él tiene que delegar en otros la selección del ejército de subalternos como lo haría cualquier otro en su lugar, independientemente de que sea presidente de una república o monarca de Arabia Saudita.

Además de delegar asuntos, quien ejerce el Poder político enfrenta otro desafío: Asegurar la estabilidad de su mandato.

Paso obligado en esa dirección es la integración de equipo multifuncional que aporte puentes con cada segmento de trascendencia en una lógica de equilibrios, los hilos del poder no llegan de “sopetón”, caminan despacito, gradualmente, pero si se pueden perder de “sopetón”.

Los votos dan acceso al gobierno; la estrategia, las decisiones bien operadas y el tiempo bien empleado conducen al poder.

A unos se les escoge por que se confía en ellos y a otros porque no se les puede perder de vista, es de lo más normal que un gobernante incorpore proclives a “jugar en otra cancha” por honesta disidencia o por proclividad a la traición (Incluso hay quienes hacen de su fama de desleales boleto a puesto tras puesto).

¿Bartlett era de las confianzas de Salinas De Gortari cuando lo hizo primero Secretario de Educación y luego Gobernador de Puebla? Desde luego que no.

Salinas sabía que Gutiérrez Barrios no era de los suyos cuando lo hizo Secretario de Gobernación, lo controlaba teniéndolo adentro, tal condición no la ignoraba el astuto designado.

Es partida de ajedrez que puede resultar en tablas, en derrota del controlado o del controlador, depende de muchos factores, no todos predecibles.

La conocida rivalidad política entre Cervantes Corona y Raúl Rodríguez Santoyo desembocó en la designación de este último como Secretario General de Gobierno.

La manifiesta distancia política entre Genaro Borrego y Ricardo Monreal no fue obstáculo sino motivación de la incorporación de Felipe Borrego a la élite política del sexenio.

El juego todos lo juegan sabiéndolo, no hay espacio para la ingenuidad

No existe un solo partidario del que en uso de su poder nombra colaboradores, que esté satisfecho con todos los nominados.

Los partidarios de López Obrador también viven con insatisfacción algunas designaciones, unos unas y otros otras.

Confiar en quién no es confiable y desconfiar de quién es honorable produce tragedias, Madero lo pagó con su vida, Zapata fusiló a Otilio Montaño y el poeta Salvadoreño Roque Dalton fue ejecutado por sus mismos obnubilados compañeros de ideales en armas.

Quién se guía por principios valora el “qué” antes del “quién” juzgando al “quién” en función del “qué”. El que prioriza la ambición solo se fija en el “quien” valiéndole un a cacahuate el “qué”.

Lo que hay que saber es que un equipo de gobierno se conforma por necesarios, por útiles, por confiables y por control de daños presentes y futuros.

Aquí y en China

NO SE MANDARÁN SOLOS

El experimentado, cruel y talentoso dictador Porfirio Díaz reclutó feroces delincuentes para combatir la criminalidad con impresionante éxito debido a que su gobierno nunca perdió control de los que para salvar su vida, pusieron a favor de la paz social su conocimiento de guaridas, fortalezas y debilidades de sus ex compañeros de aventuras.

Los campesinos que recibieron armas del General Cárdenas para que se defendieran de los matones de los hacendados nunca se le salieron del huacal a su gobierno.

Ambos gobernantes lograron lo que se propusieron con sus respectivos “reclutados” porque no se dejaron rebasar.

Si alguien piensa que hará su propia estructura reproduciendo el uso clientelar de los beneficios, no sabe que habrá vigilancia colectiva sin precedente y correctivos también sin precedente.

Además hay que vivir en la luna para no saber que el clientelismo pasó a mejor vida el pasado primero de Julio, consecuencia de la “revolución de las conciencias”.

El cambio en curso será duro, con aspectos contradictoria, habrá errores que corregir
Así saldremos del abismo

Nos encontramos el lunes en el Recreo
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