Por Dionicio Llamas Belmares.

Decía el dramaturgo y poeta alemán Bertolt Brecht que “la crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y lo nuevo no acaba de nacer” y; desde el triunfo del Presidente López Obrador en las pasadas elecciones, no cabe duda que esta idea es pertinente retomarla dentro de la serie de acontecimientos que suceden en nuestro país.

El arrollador triunfo de un proyecto político distinto al predominante durante más de 30 años, supone el inicio de una etapa de cambios y trasformaciones de la vida publica nacional, cuando Andrés Manuel decía que los principios de MORENA son no mentir, no robar y no traicionar al pueblo, se formuló un sencillo pero eficaz postulado, una tesis contraria a las formas y modos de hacer política, en otras palabras, principios que son una ruptura con la forma tradicional con la cual muchos identifican la política.

Pero, no podemos concluir en estos momentos, que con el hecho de que llegó un nuevo gobierno, de manera instantánea se instauró lo nuevo y murió lo viejo, más bien estamos en etapa de transición, por lo que, a pesar de estar en el gobierno un movimiento que rompe con el anterior régimen, lo viejo sigue habitando en la mayoría de las instituciones.

 

Podemos decir que los cambios impulsados desde el gobierno van encaminados indudablemente a instalar una nueva forma de hacer política, por ejemplo, con la austeridad republicana se pretende que los que se dedican a la política, tengan una verdadera vocación de servicio a la patria, y no la de enriquecerse de la noche a la mañana, el reducir los salarios suntuosos de la elite burocrática, busca iniciar una etapa de funcionarios y políticos comprometidos con México.

A pesar de ello y de algunos otros cambios, no se puede negar que, en muchas instituciones, todavía se encuentran en ellas el régimen anterior, que se resiste al cambio, la lluvia de amparos contra la austeridad, el aeropuerto de Texcoco, entre otros, que si bien están en su legitimo derecho de hacerlo, demuestran que aún no termina de morir lo viejo, es por ello que, como dijo Bertolt Brecht, se puede producir la crisis.

Entonces, para evitar la crisis, es necesario reflexionar sobre quienes acompañan al movimiento de cambio, no es para nadie extraño que para obtener el triunfo se tuvo que acomodar distintas piezas desde la pluralidad, de tal suerte que se fortaleciera el movimiento, sin embargo, hay gente que puede repetir las mismas prácticas del viejo régimen y que termina por no contribuir a la construcción de lo nuevo.

Para muchos la política significó amasar grandes fortunas al amparo del poder, se reprodujeron practicas dañinas en todas las instituciones, desde el desvío de millones de pesos de dinero público, condicionar programas sociales a cambio del voto, tener salarios y prestaciones que rayan en la inmoralidad, hasta pedirle “moche” a sus subordinados o no pagarles lo que les corresponde por ley ni respetar sus derechos.

Es por esto que, para dar solidez al movimiento de transformación es indispensable abandonar la tentación de repetir estas y otras practicas dañinas, hay que poner en el día a día, un esfuerzo contante por generar condiciones que permitan romper con los viejos esquemas de hacer política y se pueda inaugurar una nueva etapa, en donde la ética, la honestidad, la capacidad y el compromiso por la patria sean el modelo a seguir de los liderazgos que pretendan ocupar un espacio dentro de las instituciones.

Para fortalecer el nacimiento de lo nuevo, dentro de los simpatizantes de la cuarta transformación, en necesario eliminar toda practica que implique, en los hechos, el retorno del viejo régimen, porque, de ello depende, en mucha medida, las bases sobre las cuales se asentará la nueva etapa de la vida pública.

Por lo tanto, mientras quienes en sus discursos acompañan y apoyan la cuarta transformación no asimilen que, los valores del viejo régimen son incompatibles con lo nuevo, terminarán haciendo más daño al nacimiento de lo nuevo, que aquellos que abiertamente lo combaten.

Nos vemos el próximo lunes.

Twitter: @nichollamas