Por: Heraclio Castillo Velázquez

Mientras escribo estas líneas escucho uno más de los casi 11 millones de spots electorales que nos van a sacar de quicio durante el primer semestre del año (como si no tuviéramos suficiente con la cuesta de enero que se extiende hasta diciembre, pero bueno). Si cada spot tuviera un costo de 20 pesitos (que cuestan mucho más, de eso no hay duda), tendríamos un recurso mayor al presupuesto autorizado para el Instituto Zacatecano de Cultura para este año.

En esta ocasión le vamos a jugar al pronóstico del tiempo (electoral) y vamos a aventurar algunos escenarios para la Senaduría. ¿Quién gana? Sepa la bola, porque a mí me tienen harto todos parejo y a todos los voy a mandar a la reata.

PRI-PVEM
Usted recordará, estimado lector, que en la elección pasada había otros tres aspirantes a la gubernatura: Carlos Peña Badillo (entonces alcalde de Zacatecas, Roberto Luévano Ruiz (entonces alcalde de Guadalupe) y Adolfo Bonilla Gómez (entonces secretario de Economía). De los tres, quien tenía un mayor arsenal era Fito Bonilla, aunque la noticia de que el gallo era Alejandro Tello Cristerna debió calarle como chile toreado en la cola porque en su primera entrevista (para SIZART e Imagen de Zacatecas) le notamos hasta trabado del coraje.

Pero apechugó, asumió la dirigencia del PRI y continuó su carrera política, ahora desde la Secretaría del Campo, dependencia estatal de la que surgió Enrique Flores Mendoza, actual alcalde de Guadalupe y de quien hablaremos en otra columna.

Pensar en Adolfo Bonilla como candidato al Senado no es tan aventurado si recordamos que José Antonio Meade Kuribreña, precandidato del PRI-PVEM a la Presidencia de la República, en su primera visita a Zacatecas llegó con don José Bonilla Robles y mandó sus saludos especiales al municipio de Fresnillo, capital político de esta familia. Al día siguiente, el mandatario estatal tuvo su primer evento en este mismo municipio. ¿Coincidencias? Vaya usted a saber.

¿Por qué Fito Bonilla al Senado? Porque sería su pase directo para suceder a Tello Cristerna en la gubernatura en el 2021. Parece premio de consolación por no haber logrado la candidatura en el 2016, pero todo tendría su razón de ser. ¿Por qué Meade coqueteó con la familia Bonilla y no con la familia Luévano? Para pensar. ¿Por qué no llamó la atención el apellido de Carlos Peña? Será que Miguel Alonso desprotegió a su mejor escudero… un Miguel Alonso que queda descartado de la Senaduría y se ve más en la oficina de la Secretaría de Turismo federal para ir jugando en las grandes ligas.

¿Quién acompañará a Fito Bonilla al Senado? Por las cuotas de género, todo indica que será Claudia Anaya. ¿Qué otra mujer en el PRI se ha mantenido vigente a ese nivel? Parece utópico pensar en Isadora Santiváñez, Lindy Bugarín, Perla Martínez o Judit Guerrero, por mencionar solo algunos ejemplos. Sin embargo, Adolfo Bonilla se enfrentaría en el 2021 a un escenario como el que vivió en la elección pasada. Suena fuerte el nombre de Enrique Flores Mendoza. ¿Qué tramará el PRI para la sucesión de Tello Cristerna?

PAN-PRD-MC
No sé usted, pero yo terminé harto de la telenovela entre Pedro de León Mojarro y Rafael Flores Mendoza… y parece que tendremos remake en este proceso electoral. El primero anunció a finales del 2017 que buscaría la candidatura independiente y luego decidió que mejor no, que mejor le rascaba al PRD (otra vez). A este escenario se suman “El Tigre” José Narro, quien ha nadado de a muertito en los últimos años, y otros dos desconocidos.

Si algo distingue al PRD es que tiene procesos democráticos, pero no sé por qué “su” modelo de democracia es tan desgastante no solo para la militancia, sino para los votantes. ¿Alguien duda que Pedro de León vuelva a impugnar el proceso interno para debilitar la alianza y ceder espacio a otros candidatos de otros partidos? Ya huele a derrota (planeada por alguien más), como ocurrió en el 2016. Y no sé por qué tengo la impresión de que Rafael Flores nuevamente ganará en los tribunales la candidatura al Senado.

Morena-PT-PES
Fernando Arteaga Gaytán parece burócrata de gobierno, pero al frente de Morena: hace como que hace. La militancia que cree en un proyecto dirigido por Andrés Manuel López Obrador parece más convencida que su propio líder estatal. Y en esta alianza hay nombres que suenan fuerte.

Soledad Luévano ganó muchísimos adeptos luego del desgastante proceso para obtener la capital. El error: no mantener su presencia en Zacatecas. La petista Geovanna Bañuelos le ha comido el mandado con su postura crítica frente al gobierno y a las instituciones, sin olvidar la cercana relación que aún mantiene con “El Peje” y la familia Monreal.

Ambas serían alfiles adecuados para la causa de Morena, pero ¿Geovanna Bañuelos estaría dispuesta a cambiar de siglas para escalar en su carrera política? No habría que olvidar que las dos cuentan con el respaldo de sus respectivos equipos de trabajo, aunque Soledad Luévano no se distingue precisamente por su elocuencia e improvisación durante sus discursos. Luis Medina Lizalde “El Oso” me parece más acertado en su hablar sin necesidad de unas líneas preparadas con antelación.

Habría que tomar en cuenta, además, el escenario político para el 2021. ¿Quién tendría mayores posibilidades de lograr la candidatura a la gubernatura? ¿Alguno de los hermanos Monreal (no olvidemos lo que ocurrió en el caso de Ricardo vs. Sheinbaum y las posibles consecuencias que eso traerá)?, ¿Soledad Luévano y su silencio frente al gobierno de Alejandro Tello (hace unos años parecía tener entre ceja y ceja a Miguel Alonso Reyes)?, ¿Geovanna Bañuelos y un PT dividido por intereses personales de su militancia?

¿Quién ganará?
Sin duda, puede haber otros nombres en la lista de aspirantes a la Senaduría bajo las siglas de algún partido o alianza, o simplemente por la vía independiente. Mucho dependerá de la maquinaria que se despliegue durante las campañas y especialmente el día de la elección. Los errores que cometan las instituciones y gobernantes en turno durante este primer semestre también podrían mover la balanza.

Y no olvidemos los efectos de la declaracionitis, fake news, encabezados de noticias, comentarios de líderes de opinión y todo aquello que nos atascan en redes sociales para elogiar o descalificar a tal o cual presidenciable. Finalmente quedan dos preguntas en el aire: ¿la Senaduría es la vía para obtener la candidatura a la gubernatura? Y en el caso hipotético de que contendieran Adolfo Bonilla, Rafael Flores y Soledad Luévano, ¿quién ganaría la Senaduría en este proceso?