Por: Lucía Medina
“Porque dije basta, porque me atreví”, así se explica Nestora Salgado su permanencia en la cárcel por dos años y ocho meses acusada de secuestro.
Antigua comandante de la Policía Comunitaria, ex presa política según algunos, y actual candidata al senado por Morena, Nestora Salgado estuvo presente en Zacatecas y se reunió con profesores, campesinos y otros grupos sociales.
Con todos ellos compartió su experiencia al frente de la Policía Comunitaria en Guerrero con la que supuestamente logró disminuir 90% la incidencia delictiva, lo que le valió a la postre, ser acusada de secuestro por una de las personas que detuvo.
En su defensa, Salgado aclara que la Policía Comunitaria es legal en el estado de Guerrero, y que tiene 22 años de estar en acción, avalada por la ley que protege los usos y costumbres de los pueblos.
Admite que “la satanizaron” y que se usa su imagen para golpear a Andrés Manuel López Obrador, pero reiteró que su pasado carcelario se debe a que le fabricaron delitos, pues dice “yo no estuve presa, yo estuve secuestrada, porque nunca me pudieron probar nada”.
Entre los grandes éxitos de su movimiento, según cita, fue terminar con el robo de autopartes e incluso de carne, en lo cual perjudicó –según su decir- al presidente municipal y a sus familiares.
También comentó que la corrupción estaba tan arraigada, que los médicos habían extraído los aparatos del Centro de Salud de su comunidad, Olinalá Guerrero, para usarlos en los consultorios privados.
Nestora Salgado reconoció que si le era posible estar en Zacatecas se debía a la presión internacional de instancias como la Organización de Naciones Unidas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, y muchas otras que la calificaron de “presa política” y llamaron a liberarla.
Ahora, de camino al senado en una posición plurinominal, “la comandanta” como la llaman algunos, enfatiza que pretende llamar a la organización, más que al voto, pues dice que nadie vendrá “de arriba” a decir cómo hacerle.
A pregunta expresa sugiere las reuniones de barrios, y las asambleas como la opción para la organización, e incluso lo planteó como prioridad por encima del voto.
No obstante, mencionó que para que las acciones tengan efecto y no queden como mera indignación se requiere “de todo”, aliados en el senado, en la cámara de diputados, en asociaciones de lucha en otros países, pero también en las calles.
Finalmente Nestora Salgado escuchó las preocupaciones de los asistentes y les pidió su apoyo, pues dijo “si no cuento con ustedes los lobos me van a comer”.
Al final de su exposición, varios solicitaron tomarse fotografías con ella, a lo cual accedió, y en algunas de ellas mostró una bandera de México con el letrero “no más feminicidios”.