Por: Dionicio Llamas 

La semana pasada, en el uso de sus atribuciones estatutarias, el Comité Ejecutivo Nacional del partido MORENA emitió la convocatoria para la renovación de sus órganos de dirección, en la cual solo podrán participar los militantes que se hayan afiliado hasta antes del 20 de noviembre de 2017.


Es de celebrarse que la convocatoria haya salido con la unanimidad de los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional, para la opinión pública no ha pasado desapercibido que, desde hace varios meses diferentes cuadros y destacados militantes del movimiento han tenido serias diferencias en torno a como se llevaría a cabo el proceso de renovación. Sin embargo, han sabido dejar de lado dichas diferencias para poner por delante el interés partidario para llevar a cabo un proceso interno con transparencia, certeza y en apego a los estatutos y las leyes.


La idea de que en este proceso interno solo puedan participar militantes con afiliación anterior a noviembre de 2017 tiene su propia lógica, privilegiar la voz de la militancia primigenia, aquella a la cual le tocó construir un partido que en su momento, no gozaba de un gran respaldo popular, y donde en muchas ocasiones la lucha parecía una predica en el desierto; a pesar de ello, dicho esfuerzo ha rendido sus frutos y hoy MORENA es el partido más votado.


También es importante decir que a esa militancia primigenia, en los procesos electorales pasados se le relegó al momento de privilegiarse la imposición de candidaturas, muchas de ellas que nada tenían que ver con los principios del partido, pasando por encima de cuadros con años de lucha dentro del movimiento y del partido, además de su conocido compromiso con el proyecto y el país.


A pesar de lo anterior, la mayoría de ellos continuó trabajando para lograr el triunfo electoral del año pasado; es por ello que, en este momento, dejar que sean dichos militantes los que participen en el proceso interno es un acto de justicia y que demuestra una defensa total del partido, donde muchos actores sin escrúpulos se pueden infiltrar al partido y pretendan desviar a MORENA de su causa, aún así pareciera que algunos ya están adentro.


Por otro lado, durante el desarrollo de este proceso interno estamos llamados todos los militantes a no reproducir las mismas practicas y mañas que han imperado en la política, la coacción o el condicionamiento de programas sociales no deben de tolerarse, tampoco que se use la estructura del gobierno federal o de cualquier nivel para promocionar a ninguna persona, estas prácticas, además de ser dañinas para nuestro partido, son delito y deben de ser denunciadas y castigadas.


De igual manera, la militancia de MORENA no debe dejarse seducir ni chantajear por aquellos que pretenden usar el gobierno para comprar conciencias y conseguir réditos electorales, por el contrario, debemos todos de encabezar al interior del partido, la lucha contra aquellas practicas deshonestas, de poco servirá decir que ayudamos a construir la cuarta transformación a través de la revolución de las conciencias si dejamos que compren la nuestra.


Aunado a lo anterior, también la militancia debe de ser consiente de a quienes eligen como sus representantes en los diversos órganos del partido, la elección que cada militante haga debe de ser desde la propia convicción y no producto de imposiciones o como se mencionó, de la coacción o el condicionamiento de programas sociales.

Asimismo, los militantes de MORENA y sobre todo aquellos que ostentan un cargo público, por una condición de ética elemental, deben de abstenerse de caer en la tentación por impulsar a familiares desde la posición que ostentan, ya sea el hijo, la hermana, el cuñado, o cualquier otro, como tampoco tratar de legitimar su decisión desde la presión que, por su encargo, puedan ejercer sobre los demás; cabe señalar que el nepotismo es una práctica que está prohibida en el partido y que termina por hacernos similares a los demás partidos frente a la ciudadanía.


Es de gran relevancia para la continuidad de la cuarta transformación los resultados que surjan del proceso electivo de MORENA, si dejamos que los que representan las practicas del pasado sean quienes lideren el partido, está el proyecto perdido, si por el contrario, lo lideran quienes tiene un compromiso firme contra la corrupción y las practicas deshonestas, el proyecto tendrá esperanza.