Por: Rodolfo Márquez López

Han pasado ya 49 años del trágico 2 de octubre de 1968, donde la dictadura priísta, en aquel entonces encabezada por Gustavo Díaz Ordaz; reprimió y asesino brutalmente a estudiantes y sociedad civil que se manifestaban desde finales de julio del 68 en demanda de la democratización y mas derechos civiles. Este movimiento, debemos recordar se formo a partir de la intervención militar y policial en diversas escuelas y facultades de la UNAM y el IPN; lo cual dio origen al Comité Nacional de Huelga. El contexto en el que se desarrollaban estas manifestaciones fue de varios movimientos antiautoritarios alrededor del mundo; el mayo francés que consistía en protestas conjuntas de estudiantes y trabajadores en demanda de mejoras laborales, pero también en Estados Unidos surgían manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam y en repudio por el asesinato de Martin Luther King.

El 2 de octubre de 1968 no se olvida, queda marcado el recuerdo en el tejido social, una de las represiones más brutales que han sufrido estudiantes y obreros de mediados del Siglo XX; hoy los seguimos recordando y exigiendo justicia por los más de 150 mil homicidios por la ola de violencia desatada en nuestro país, por los 46  estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa (43 desaparecidos, 2 con secuelas por tortura de por vida y un asesinado), que no olvidamos y no quitamos el dedo del renglón que fue el Estado Mexicano quien ordeno su desaparición.  Tristemente hoy ser joven en México y tener un ideal revolucionario o diferente al de la actual dictadura puede llegar a tener consecuencias fatales.

La semana pasada escribía de la solidaridad ciudadana para con los afectados del sismo del 19 de septiembre pasado, mencionaba de cómo se organizo la sociedad de la CDMX. en las labores de rescate, las cuales lograron salvar cientos de vidas.  En esas labores los principales rescatistas fueron jóvenes, los que ahora somos conocidos como la famosa generación millennials; generación la cual los sociólogos y otros expertos en el tema social tildaban de egoístas y sin mortificación alguna por la situación social; pues bueno, esta fue una excelente oportunidad para demostrar que los millennials  estamos presentes en las peores situaciones y que al contrario que muchos piensan, estamos mas preocupados y somos más solidarios.

En 2018, el 41% del total del padrón electoral del país seremos jóvenes, lo cual habla de una mayoría generacional. Según una encuesta levantada por el medio Nación 321 y que denomino “el voto millennial” la mayoría de los jóvenes que estamos en edad de votar mostramos poco o nulo interés en la política, pero aun así el 77% planeamos salir a votar en las elecciones del 2018, pero, el rechazo es el principal problema que enfrentaran los presidenciables, Andrés Manuel y Margarita Zavala son los punteros en preferencia electoral de los millennials, pero también estos dos actores políticos son los que mayor rechazo tienen o como lo denomina la encuesta “no les late” a esta generación, y sí, lamentablemente el 30% de los encuestados planea anular su boleta.

La mayoría de los jóvenes consideramos que la política esta íntimamente ligada a la corrupción y así lo hacemos saber a través de las redes sociales, pero hace falta más, hace falta expresarlo en las calles y desde luego, a través de nuestro voto y participación activa.