La  sonora rechifla  brindada a Alejandro Tello  por los asistentes al Foro de Consulta sobre Educación, celebrado en el Campus Universitario Siglo XXI a iniciativa de  AMLO,  puede leerse como lógica  reacción a décadas de opresión caciquil que han significado  humillaciones sin fin  al magisterio  con la franca protección de los gobernantes. Basta recordar la protección recibida por la corriente oficialista de  la sección 34 del SNTE con ocasión de su más reciente  elección,  recordemos  que la asamblea fue reventada por salvajes golpeadores traídos de Torreón, Coahuila que súbitamente arremetieron en contra de los profesores militantes de la corriente democrática, probables ganadores por el número de delegados logrado.  

Lo dijimos entonces: la Policía Estatal Preventiva protegió  la agresión pretextando  que  el Hotel donde ocurrían los hechos era propiedad privada, ¿entonces para que el despliegue de tanta fuerza?  Lamentamos también la negativa de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de atender el llamado de auxilio de los agredidos.

Horas después de los bochornosos acontecimientos trascendió que la asamblea de marras se trasladó a Villa De Cos y a altas horas de la noche deciden que Soraya Bañuelos es la nueva Secretaria del Comité ejecutivo de la Sección 34.

El suceso se produjo cuando Elba Ester Gordillo permanecía en prisión, lo que pone de relieve que el cacicazgo es un sistema, no una persona, es cultura, no hecho aislado.

Ayer en el foro observé  el rostro de añejos “líderes” sindicales que sembraron el rechazo que ese día cosecharon los que representan esa tradición caciquil en Zacatecas por su historia propia y a los que circunstancialmente simbolizan la protección a esas atrasadas formas.                 

Hay que decir con toda claridad que en Zacatecas  aún es fuerte la  cultura caciquil, así como es desigual la economía en las regiones que integran nuestra Patria, también la cultura política de las sociedades locales muestra elevados contrastes. También  en cultura política nos distingue el atraso.

                             NORMALIZACIÓN DE LA SUMISIÓN

 

El caciquismo en Zacatecas ha sido cuestionado por movimientos históricos desde siempre. El germen de su opuesto, la cultura democrática, está  en espera de arraigar, expandirse  y prevalecer.

No hay caciquismo sin esbirros y tampoco sin serviles, de ambos  depende su permanencia.

El cacique juega dentro y fuera de la ley, la usa o la viola según lo necesite, dicha opresión se ha normalizado en la mente colectiva el gobernante se somete sin sentirse indigno y  hasta discursea como si al  operar para caciques  cumpliera su deber. En  tiempos recientes lo advertimos  con la mansedumbre mostrada por los gobernadores con las empresas mineras, hora en Salaverna,  Mañana en La Colorada, antes en el Coronel y de manera reiterada en  Sombrerete, dónde Germán Larrea ha contado con la complacencia de un gobernador que ignora que su papel no es estar de lado de alguna de las partes para aplastar a la otra ni  ser  cómplice de recuentos fraudulentos   dónde reportan votos a favor del levantamiento de la huelga emitidos desde ultratumba.

Hay caciques con cierto sentido social, paternal inclusive,  por ejemplo  “La Quina”  consolidó un dominio tal entre los petroleros que hasta en  la vida familiar de los trabajadores le era demandado intervenir.

Los caciques que padecemos en Zacatecas por lo general  carecen de anhelos sociales, Individualistas por definición son incapaces de abrazar causas colectivas con sinceridad, su perfil atrae a sus similares  en vocación pero menores en alcances  que hoy en día justifican su actitud  diciendo  “No hay que estar con los perdedores” como si lo “perdedor” o “triunfador” fuera contagioso.       

La cultura caciquil tiene prensa que la reproduce, elogia sin rubor al cacique y lo rodea de un halo de invencibilidad promoviendo apoyo  al que tiene poder, no al que tiene razón.

 CUESTIÓN DE ENFOQUE

En mi opinión, los que ése día rechiflaron al gobernador y “líderes charros” son infinitamente más civilizados que los que ordenaron romper a sillazo limpio una asamblea para no perder una elección.

Hay que saberlo a tiempo para poder evitarlo: Cuando la consulta sobre temas torales empoderará a los ciudadanos como nunca antes en la historia, en Zacatecas la cultura caciquil goza de cabal salud.

Militancias partidistas atropelladas, jóvenes sin organización autónoma, sindicatos dirigidos a trasmano por patrones  y bandas de criminales imponiendo su ley dan cuenta de ello.

¿Cómo evitar quedar inmovilizados por la cultura caciquil? 

Sabiendo valorar la salud moral de nuestros rebeldes, de nuestros inconformes que se expresan haciendo oír su descontento con gritos en las gradas, sin agredir físicamente a nadie, sin romper un solo vidrio, sin hacer del vandalismo su expresión como si lo hicieron los que trajeron porros de Torreón para ganar con sillazos lo que temían perder con votos.

 

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