Por: Luis Medina Lizalde

La estrategia contra la impunidad  anuncia una nueva fase, la Unidad de Inteligencia Financiera se instalará en cada uno de los estados para ocuparse, con la contundencia que ha mostrado desde que Santiago Nieto la dirige, de las redes de complicidad locales que constituyen un bastión de corrupción que mucho agravia a los mexicanos; Los que suponían que el Presidente López Obrador se concretaría a erradicar la podredumbre solamente en el ámbito federal ahora saben que la  limpieza abarca todo la vida pública y que no habrá municipio por aislado que se encuentre que se sustraiga a la escoba. 

Hasta hace pocos años, otorgarle a un ladrón un cargo público era darle la oportunidad de enriquecerse en poco tiempo, ahora, gracias a los cambios legislativos, políticos y tecnológicos, ahora darle el cargo a un perfil ineficiente y/o corrupto, es, poco a poquito,  entregarle la soga para que se ahorque.

 El Presidente de la República tiene bajo su mando a la Secretaria de la Función Pública y al Titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, mismas que con  la Auditoria Superior de la Federación turnan lo concerniente a la Fiscalía General de la República, investida de autonomía, que tiene la responsabilidad del ejercicio  de la acción penal sustanciando caso por caso ante Poder Judicial, todo bajo un contexto que gradualmente anuló el poder del Presidente para garantizar impunidad a los favoritos. 

     LAS MAFIAS LOCALES 

Las bandas transexenales se anidan en estados y municipios amparadas en la tradición de ver al capitán sin fijarse en la tripulación, cuando se incrustan en un estado; gobernadores van y gobernadores vienen y el enriquecimiento de pocos a costa del empobrecimiento de muchos sigue siendo dolorosa realidad como le sucede a Zacatecas donde  es reconocible la existencia de un conjunto de políticos partidistas, funcionarios y particulares que han sabido sobrevivir a los pleitos de los capitanes rotando de posiciones y manteniendo nexos entre sí.

Nacieron monrealistas, fueron Amalistas para luego transformarse en Alonsistas, hoy “colaboran” con Tello y se disponen al abordaje del siguiente sexenio. 

Es “vox populi” que los integrantes de esta longeva tripulación ocultan la riqueza lograda adquiriendo inmuebles, ranchos, franquicias etcétera, muy lejos de la mirada de sus coterráneos que inmediatamente sabrían si su progreso material  no es en base a sus ingresos legales, pero como aunque la “vox pupuli” es la voz de Dios, no debemos descartar el riesgo de que algunas de las versiones de enriquecimiento ilícito que se tejen alrededor de estos “tripulantes” de larga duración solo sean infundios de malquerientes, por tal razón, la irrupción en escena de las huestes de Santiago Nieto en tierras Zacatecanas genera la esperanza de  establecer con precisión lo que es verdad, puesto que son amplísimas las posibilidades técnicas y jurídicas de rastrear movimientos financieros y adquisiciones no consignadas en declaraciones patrimoniales y fiscales en cualquier parte del país y del extranjero, mucho más fácil será seguir la huella dejada de los que hacen visible la simultaneidad de su cargo público con la súbita prosperidad por encima de sus ingresos legales.

La voluntad política de enfrentar la corrupción no es aún gobierno en estados y municipios.

 En el caso particular de Zacatecas  el germen de la continuidad del cáncer  reside en la permanencia de la misma tripulación cada vez que se cambia de capitán en las últimas décadas, lo que ha impedido paradójicamente otro tipo de permanencia sana, deseable, la de valiosos servidores públicos que a lo largo de los años han adquirido experiencia y habilidades que mantienen la funcionalidad de la esfera pública a los que no se les brinda la posibilidad de ascenso fincado en el mérito, por eso la eliminación de focos de corrupción enquistados es urgente también para la permanencia de la tripulación sana cuando se cambia al capitán. 

                                       

La mentalidad de la gente de a pie ya cambió pero la de sus políticos todavía no, si reconocemos que el motor principal del cambio es la conciencia ciudadana, entenderemos que el voto es la herramienta a utilizar, pero el proceso de obtenerlo debe ser limpio, sin compra de voto, sin imposiciones ni pactos ocultos, la sobrevivencia o fin de la corrupción depende no solo de quién gane sino de cómo gane.

       LA SOGA                    

La impunidad está cediendo terreno merced a cambios estratégicos impulsados desde la Presidencia de la República aunque la sobrevivencia de las viejas prácticas es todavía lo suficientemente visible que engaña a los corruptos confiados que ignoran la evolución de leyes, tecnología y voluntad política que irrumpe en la vida pública para convertir en horca el puesto mal ejercido.  

El acierto de la estrategia lo alcanzaremos a ver también en estados y municipios

Nos encontramos el viernes en el Recreo 

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