Por: Eva Gaytan
Recuerdo mi Zacatecas, ése que existía hace casi 25 cuando llegué de mi pueblo y creía que éste era el lugar más bello del mundo.
Había dejado atrás un pueblo solitario y pacífico, cuyo mayor peligro era ser robada por el novio o ahogarse en un ojito de agua que estaba en la salida a Zacatecas.
Recuerdo el dolor que sentimos, aquí en la capital, cuando dos camiones prensaron a una abuelita y su nieto y murieron ahí, entre los fierros de los camiones.
Ese dolor lo sentimos todos porque mi Zacatecas era un pueblo de paz, dónde una muerte tan cruel nos movía el alma y nos lastiman aún sin conocer a las víctimas.
Hoy ese recuerdo me duele, porque si alguien me hubiera dicho que Mi Zacatecas se iba a convertir en este infierno yo no lo hubiera creído.
El viernes asesinaron a dos jóvenes promesas, sí, promesas porque cualquier joven debería ser una promesa y una esperanza para nuestro estado y país. A ellos les cortaron la oportunidad de vivir, de cometer errores, de triunfar y de entregarnos y compartirnos todo lo que ellos soñaban.
Esta vez fueron dos jóvenes universitarios y otros dos en fresnillo, de ellos no sabemos quiénes fueron, sólo son un número; un día antes ‘tiraron’ el cuerpo de una mujer, otro número; apenas hace unos días, el 11 de septiembre, asesinaron a otra joven.
Todos los días están quitando una vida. Y con ello nos están arrebatando la calma. Igual que yo muchoS tenemos miedo y no sólo los que tenemos hijos porque ahí el temor aumenta.
No es justo que nos dejen a la deriva.
No es justo que sigan faltando personas en nuestro estado.
No es justo que esas personas sean cifran.
En redes sociales veo que han desvirtuado una consigna usa para reclamar al gobierno y ahora dicen en burla: “Cuántos más Peña?” yo digo en serio “Cuánto más?” pero ya ni siquiera sé a quién preguntar.
Ya lo he dicho muchas veces, no en este medio pero ahora lo diré:
Me preguntan que si no tengo miedo de decir lo que siento y pienso, sí, mucho porque hay quienes ven más peligrosas las palabras que las balas.